El oso negro fue una importante pieza de caza mayor en México, dado que el gobierno federal ha emprendido un campaña de protección para esta especia.
La fuerte persecución de que fue objeto, así como la fragmentación de su hábitat, provocaron una reducción de sus poblaciones. Según reportes de la SEMARNAT (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México) se considera solamente a la subespecie Ursus americanus eremicus en peligro de extinción, sin tomar en cuenta la situación de las otras dos subespecies presentes en el país (U. a. amblyceps y U. a. machetes).
Es probable que esto se deba a que dicha subespecie es la única que se ha investigado con mayor detenimiento, en estudios efectuados en el área conocida como Serranías del Burro, al norte del estado de Coahuila.
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